Imagen social de la hipnósis
La primera imagen que ven muchas personas cuando se les habla de hipnosis es: una rueda circular que gira y gira hasta desconectarlos de la realidad. Ahora bien, en realidad, ¿qué es la hipnosis?
Wikipedia la define bastante bien: La hipnosis es un estado mental o un grupo de actitudes generadas a través de una disciplina llamada hipnotismo. Usualmente se compone de una serie de instrucciones y sugestiones preliminares. Dichas sugestiones pueden ser generadas por un hipnotizador o pueden ser autoinducidas. El uso de la hipnosis con fines terapéuticos se conoce como hipnoterapia.
Pero igual esta definición posee demasiadas palabras»técnicas» que no son accesibles a todos los lectores, y por ello, con la ayuda de mi compañero Blas Ramón Rodríguez, he decidido desmitificar algunas creencias que giran alrededor de esta técnica terapéutica.
¿Qué no hace y no es la hipnosis?
Las personas hipnotizadas no pierden la conciencia, pues si la persona perdiese la conciencia el hipnotizador no podría comunicarse con la persona hipnotizada ni devolverla a su estado normal.
La hipnosis no es una forma de sueño. Este mito se mantiene debido a la creencia popular, que para ser hipnotizado hay que tener los ojos cerrados. El hecho de cerrar los ojos es porque se facilita la concentración, pero se puede hipnotizar a una persona con los ojos abiertos.
La hipnosis no implica una pérdida de la voluntad ya que si no hay voluntad por parte de una persona para ser hipnotizada no habrá hipnosis. No puede inducirse la hipnosis sin la colaboración del sujeto. Y de hecho por ello no funciona con todo el mundo.
La persona hipnotizada no se encuentra bajo el control del hipnotizador ya que las personas hipnotizadas poseen completamente intacta la capacidad de tomar decisiones: están consientes y actuan por voluntad propia. Si se le manda a una persona que haga algo en contra de su voluntad o de su código de conducta personal, ésta saldría de inmediato del estado hipnótico.
La mayoría de las personas pueden recordar qué pasó mientras están hipnotizadas. Algunas personas presentan una amnesia espontánea una vez deshipnotizadas. No obstante, lo normal es que para que se de amnesia después de ser hipnotizado; ésta sea «provocada» por el hipnotizador.
La persona hipnotizada si no se la despierta no puede quedar en trance indefinidamente, pues la conciencia no se pierde y la persona se daría cuenta de que tiene que salir del estado hipnótico o bien caería en un sueño fisiológico del que pasado un tiempo se despertaría.
La hipnosis no implica siempre un mismo ritual monótono de inducción. Cada persona puede ser hipnotizada por un método distinto y no siempre es necesario hipnotizarla de la misma forma, a diferencia de otras técnicas de relajación que sí conllevan un ritual de aprendizaje y ejecución.
La hipnosis como técnica terapéutica y el hipnotizador como especialista
El hiptotizador no tiene ningún tipo de «poder». En teoría, cualquier persona que adquiera la adecuada formación en hipnosis puede hipnotizar. Da igual que sea hombre o mujer, con una voz aguda o grave, etc. No se requiere de ningún tipo de «don» para aprender la hipnosis y las técnicas para hipnotizar. La hipnosis es una técnica específica que puede ser provechosamente empleada por los profesionales de la salud dentro del contexto de la práctica profesional de cada uno.
Cada persona es diferente, y por consiguiente se adhiere mejor a un tipo de técnicas terapéuticas que a otras. La hipnósis es una técnica más que, bien practicada, ha conseguido y consigue unos resultados extraordinarios en el tratamiento de ciertas patologías como por ejemplo el tabaquismo.
Por desgracia, al igual que pasa con profesionales que se dedican a la psicología, la existencia de «charlatanes» y «amateurs» que practican la hipnosis, han ido quitando crédito a esta técnica.